CHAKRA CARDÍACO - ANAHATA
El Chakra Cardíaco se encuentra en el centro del tórax a la altura del corazón. La glándula que lo activa es el Timo e impacta directamente sobre los pulmones y el corazón. Se extiende a los brazos y manos ya que en el Timo tenemos nuestro eje horizontal relacional que va de mano izquierda a mano derecha, atravesando el Timo y nuestro eje vertical ubicado a lo largo de la columna vertebral.
Es el centro del Amor por excelencia. Al representar el Amor total por la vida necesita expandirse y florecer en relaciones sanas y amor a la naturaleza. A través de su vibración permanecemos comprometidos con el proceso de la vida y atentos a las necesidades del alma y sus sentimientos.
Este chakra representa la libertad de Ser uno mismo y ocupar nuestro propio espacio sin invadir el de los demás. Cuando no valoramos el Amor como el sentimiento más elevado que podemos tener, el corazón se bloquea y se congestiona. La ausencia de este sentimiento genera serios problemas como fallas cardíacas, hipertensión o asma. Su expresión más grave puede ser cáncer de pulmón.
El perdón hacia uno mismo y hacia otros es una fórmula maravillosa para mantener este chakra saludable. Liberarnos de la ira, del enojo, de la culpa y la aflicción, sana y cicatriza las heridas del presente o del pasado, haciendo de nosotros personas libres de sufrimiento y desesperanza.
Es necesario reconocer que a veces en la vida nos han herido para así poder desbloquear la energía densa atrapada en el corazón, y para ello es necesario el perdón.
Este chakra es el centro espiritual por excelencia y se expande cuando vivimos en paz y armonía con alegría y amor.
En nuestra capacidad de amar se refleja cómo vemos la vida. Si nuestro cuarto chakra está bloqueado, es rígido, denso y no puede abrirse a sentimientos más elevados, es que está agobiado por el miedo o la desconfianza y la duda. Este sentir nos genera rencor, negatividad y hasta deseos de venganza que nos empujan cada vez más hacia abajo experimentando depresión y desesperanza.
Es importante que comencemos por amarnos a nosotros mismos y perdonar nuestros propios errores. Eso nos permitirá liberarnos de la culpa y trabajar en la enseñanza que ese error pudo habernos dejado. La culpa no sirve para mejorar, en cambio el aprendizaje de esa experiencia nos conduce de nuevo al carril del que no deberíamos haber salido.
Cuidar nuestra valía personal en estos casos nos despeja el horizonte hacia la sanación y el cambio necesarios. Si no podemos amarnos plenamente, tampoco amaremos a los seres queridos que nos acompañan en el viaje de la vida. Nadie es perfecto, por lo que los modelos de culpa, verguenza y miedo no son eficaces para corregir nada.
La cólera se almacena en los pulmones y bloquea la oxigenación del torrente sanguíneo, provocando a posterior problemas cardíacos serios.
LA aflicción nos induce a conductas contradictorias basadas en el miedo y la preocupación. Especialmente si nos encontramos en un período de duelo, en cualquiera de sus formas. El poder atravesarlo significa reconocer que estamos procesando un vacío existencial que lleva su tiempo y que desde el amor a uno mismo podremos rescatarnos y volver a la vida y al amor.
Necesitamos amar y ser amados como seres sociales, sin embargo es menester saber que recibimos lo que somos y damos.
Desde el Amor Incondicional y el amor a uno mismo podremos dar lo mejor de nosotros mismos para recibir esa misma energía que nos traerá alegría y paz.
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